En un mundo laboral cada vez más complejo, que se reinventa con nuevas tendencias y modos de comunicarnos, los procesos de gestión de las compañías suman herramientas y hábitos para conocer mejor a sus colaboradores.

Según un estudio publicado en el Journal of Occupational and Organizational Psychology, el nivel de conocimiento que pueden alcanzar las compañías con respecto a sus equipos de trabajo, puede influir directamente en el rendimiento y la productividad de sus negocios.

Los especialistas coinciden en que, comprender las necesidades y motivaciones de una persona, ayuda a profundizar su nivel de compromiso, colaboración, empatía, confianza y satisfacción laboral.  

Una de las estrategias que hoy pica en punta es el cuestionario Proust. A través de 30 preguntas abiertas, sin límite en sus respuestas, se pretende lograr una comunicación efectiva y empática entre los líderes y sus equipos de trabajo. Su objetivo final es generar un ambiente laboral de confianza y armonía que promueva el desarrollo personal y colectivo. 

El cuestionario Proust, que le debe su nombre al célebre escritor francés de los siglos XIX y XX, es una suerte de evolución de los test habituales que suelen emplear los departamentos de Recursos Humanos (RRHH) para analizar parámetros esperables de comportamiento. En su momento fue respondido por celebridades de la talla de Oscar Wilde, Karl Marx y Arthur Conan Doyle. 

Líder y equipo: 5 técnicas para conocerse mejor

El capital humano es el activo más importante de una empresa. Por eso, los expertos en management afirman que el trabajo de las áreas de RRHH debe basarse en nuevas habilidades que encuentren un equilibrio entre el bienestar de sus equipos y los objetivos de las organizaciones. El gran desafío de una compañía que quiere ubicarse a la vanguardia del mercado reside en optimizar la experiencia de sus empleados. 

La pandemia llegó para redefinir los conceptos preconcebidos, con el trabajo híbrido y remoto como punta de lanza. En este contexto, los empleadores tuvieron que barajar y dar de nuevo en cuanto a cómo debe ser la relación con su personal. 

Herramientas como el cuestionario Proust buscan trazar el perfil de la persona y en base a eso determinar qué roles o funciones puede asumir con mayor naturalidad dentro del ecosistema de trabajo. 

1 Realizar preguntas que no se contesten exclusivamente de una manera afirmativa o negativa, sino que contemplen una respuesta más abarcadora y explicativa. Por ejemplo: ¿Cuál es el principal rasgo de tu carácter?, ¿Tu principal defecto?, ¿Tu ocupación favorita?, ¿Un héroe de ficción?, ¿Tu músico favorito?, ¿Qué virtud desearías poseer?, ¿Cuál es el estado más común de tu ánimo?, ¿Qué defectos te inspiran mayor indulgencia?, ¿Tienes un lema de vida?

2 Leer o escuchar las respuestas con plena atención y total presencia. 

3 No monopolizar la conversación. No imponer. Dialogar.

4 Una respuesta del cuestionario Proust puede ayudar a reducir los niveles de conflicto dentro de una compañía, a una resolución de problemas más creativa y a una mayor eficacia en la toma de decisiones.

5 Personalizar cada experiencia laboral puede aumentar la motivación y la autosuperación del equipo. 

Cuenta la historia que, a fines del 1800, Marcel Proust respondió un cuestionario entregado por su amiga Antoinette Faure como parte de su “álbum de confesiones”, una especie de juego de salón de la época victoriana. Ese material fue encontrado en 1924 por el hijo de Faure, y publicado en la revista literaria francesa Les Cahiers du Mois. Aunque Proust no creó las preguntas, su nombre quedó asociado al cuestionario que –dicen– tuvo dos versiones. La primera, con menos preguntas y la segunda, como la conocemos actualmente, con 30.