Que cada niño y niña aprenda a leer y escribir es el desafío y el compromiso de Beatriz Diuk, investigadora del CONICET y Doctora en Psicología que estudió, investigó y buscó las maneras más efectivas para alfabetizar.
Después de un tiempo observando que en las escuelas los problemas de alfabetización tenían relación principalmente con la inequidad, que ocasiona dificultades de acceso a la educación y falta de personal para brindar el seguimiento necesario a niños y niñas, Diuk desarrolló un videojuego buscando promover el aprendizaje de la lectura y la escritura, así como reforzar la tarea docente.
Contaba con la experiencia que fue adquiriendo desde 2007, cuando fundó DALE! (Derecho a Aprender a Leer y Escribir), un programa realizado para trabajar en la alfabetización de niños con dificultades lectoras que crecen en contextos vulnerables. También con el conocimiento por haber trabajado en proyectos de apoyo educativo para chicos y chicas de más de 8 años en situación de pobreza que no leen ni escriben.
La especialista en Ciencias de la Educación realizó el desarrollo en base a los principios y las actividades de este programa, junto con la empresa Globant. Así, llevaron adelante la iniciativa 100% virtual con actividades didácticas que ayudan a identificar letras y escribir palabras simples para luego leerlas en textos.
El videojuego ya ayudó a alfabetizar a 10 mil estudiantes, y la investigadora nos cuenta los detalles en esta entrevista con Mundo Seguro.
¿Cómo se te ocurrió la idea de Dale!?
Muchas personas no lo saben, pero en nuestro país, miles y miles de niños y niñas que crecen en contextos de pobreza terminan la escuela primaria sin saber leer ni escribir. Y no me refiero a que leen despacio o a que no comprenden adecuadamente lo que leen, sino a que egresan de la escuela primaria sin saber leer y escribir una sola palabra. Sin embargo, uno de los grandes desafíos que tiene la educación es que nunca hay un único problema y los problemas nunca tienen una única solución. Si tuviera que elegir un desafío urgente, creo que es el enorme nivel de inequidad que tiene nuestro sistema educativo. La pandemia dejó en evidencia esta situación, con niños y niñas prácticamente excluidos de cualquier instancia educativa formal.
¿Cómo actúa la iniciativa en este sentido?
Para garantizar el Derecho a Aprender a Leer y Escribir, la propuesta Dale! desarrolló en sus comienzos programas de apoyo para niños y niñas que viven en contextos de pobreza y no han aprendido a leer y escribir al ritmo de sus pares. Hicimos una experiencia piloto con niños y niñas de 3er grado en adelante. Algunos de estos chicos y chicas tenían un docente a cargo de su enseñanza y a los otros se les acercó el videojuego. Los resultados mostraron que ambos grupos realizaron aprendizajes comparables. Esto nos dice que el videojuego, en un contexto escolar cuidado, puede ser una herramienta sumamente valiosa de apoyo a la tarea del docente.
¿Qué implicó este desarrollo?
Dale! fue una forma de transferir a la sociedad los resultados de las investigaciones que venía llevando adelante. Fueron cinco años de diseño, implementación piloto, evaluación y rediseño, en un proceso espiralado del que participaron docentes, educadoras comunitarias y especialistas en educación. Después de que en 2013 creamos la página web nos fuimos expandiendo y elaborando materiales de capacitación docente para atender la problemática de los niños y niñas. Desde entonces las implementaciones se multiplicaron y la iniciativa tuvo una muy buena recepción. La creación del videojuego junto con Globant es parte de esta propuesta.
¿Cómo es el acompañamiento que se brinda?
Un adulto trabaja con un niño o niña dos veces por semana durante 20 minutos. Y con eso aprenden a leer y a escribir. Puede ser un docente pero también sencillamente personas preocupadas por la educación. Y eso es solo el comienzo. A quienes participan, los y las invitamos a reflexionar sobre las problemáticas en torno a la alfabetización, sobre el enorme potencial de los niños y las niñas que crecen en contextos de pobreza y les brindamos las herramientas para enseñar.
¿Por qué es importante trabajar por el derecho a la educación?
Las razones por las cuales nuestra sociedad no logra garantizar el derecho a aprender a leer y a escribir son múltiples y complejas. Me preocupa particularmente el problema de la enseñanza. En las últimas décadas, en nuestro país, como dice Daniel Feldman, la enseñanza ha perdido prestigio. Pareciera que la tarea docente ya no es enseñar sino apenas acompañar el proceso autodirigido de los estudiantes. Por eso creo que necesitamos trabajar en una enseñanza organizada, planificada y sistemática.
¿Hay que innovar en la forma de enseñar?
Una innovación no es una garantía de mejora. Hay innovaciones que hacen que más niños aprendan mejor y otras que han llevado a que más niños aprendan menos. Por ejemplo, la pandemia nos ha enfrentado al enorme potencial de la tecnología, pero que las innovaciones tecnológicas realmente se traduzcan en mayores aprendizajes depende de lo que hagamos con ellas, de cuánto las entendamos, de cómo las usemos.
¿De qué manera se puede reducir la brecha educativa?
La manera más importante de reducirla es no crearla. La brecha educativa no es un fenómeno natural, es una construcción social. Necesitamos más escuelas, mejor equipadas, adaptadas a sus necesidades. Un sistema educativo que priorice a los niños y niñas en contextos de pobreza, que los valore, que reconozca su potencial, su conocimiento, sus talentos.
¿Qué mensajes te gustaría dejar a todas las personas que están comprometidas de alguna manera con la educación?
La pandemia nos ha mostrado con enorme fuerza las desigualdades de nuestra sociedad en general y de nuestro sistema educativo en particular. También la necesidad de mirar estas diferencias y abordarlas de alguna manera. Asimismo, nos dimos cuenta cuánto extrañamos a la escuela cuando no la tenemos. Esa misma escuela que con frecuencia criticamos, a la que nos resulta más fácil verle los defectos que las virtudes. Nos puso en evidencia por qué, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo una institución tan importante en nuestras vidas.