El suceso de “División Palermo” es indiscutible. La serie de Netflix, escrita y dirigida por Santiago Korovsky, se estrenó en febrero y, desde entonces, no abandona el top de las ficciones más vistas. De hecho, debido al gran éxito ya fue anunciada su segunda temporada. En Mundo Seguro hablamos en exclusiva con Iair Said, actor y director de casting de la serie, sobre los prejuicios y las barreras que se rompen en la comedia, su rol como intérprete y líder en la búsqueda de talentos y sus nuevos proyectos.
En incluir está la clave
Si hay algo que tenía claro el equipo de División Palermo es que no había que contratar a “actores que hicieran de…” (a excepción de Pilar Gamboa) sino que iban a ir en busca de actores con las condiciones propias de sus personajes y así darles la posibilidad de estar en pantalla haciendo lo que aman, como cualquier otro actor. Y el rol de Iair, por supuesto, fue vital para que el elenco pudiera tomar forma.
Said, de 34 años, es una cara conocida del nuevo humor argentino. Participó en “Voley” (como director de casting), en “Parecido” (como actor), ambas de Martín Piroyansky, en series de televisión abierta como “Guapas”, “Separadas”, “Quiero vivir a tu lado” y películas como “Permitidos”, “La Vagancia”, entre otras.
Mirá un adelanto de una de sus películas documentales.
Multifacético y versátil, Said también es director y guionista. De hecho, en 2012, su corto “9 vacunas” fue galardonado en el Festival de Cine de Abu Dabi y en el BAFICI como “Mejor Cortometraje” y en 2018 estrenó su primera película documental llamada “Flora no es un canto a la vida”.
Este 2023 le trajo no solo el gran éxito de División Palermo, sino una nueva película que en breve comenzará a filmar. Se trata de “Los Domingos Mueren Más Personas», un filme que escribe, dirige y protagoniza junto a Juliana Gattas (líder de Miranda!), Rita Cortese y la actriz chilena Antonia Zegers (Caso 63).
Leé la entrevista a continuación.
¿Qué impresión tuviste del proyecto cuando lo leíste? ¿Qué fue lo que te llamó la atención como director de casting?
Hace muchos años trabajo como director de casting y me llegó el proyecto de la mano de Santiago, a quien conozco hace tiempo, ya que hemos sido compañeros de un montón de elencos en series de Martín Piroyansky, somos amigos. Cuando llegaron los libros realmente me parecieron desopilantes. Conozco a todos los guionistas, entonces, fui siguiendo el proceso muy de cerca. Me pasó que no me lo quería perder, pese a que presentaba una dificultad gigante porque había ciertos filtros muy concretos con el objetivo de tener diversidades. Era un desafío nuevo y mucho más limitado también porque en general a estos actores y actrices no se les da la oportunidad, entonces, no tenían experiencia. Acá no era “llamemos al actor que estuvo en tal serie” y ellos no habían hecho nada audiovisual. La diversidad para nosotros también estaba planteada en no limitarlo solo a Capital Federal, sino buscar actores a lo largo y a lo ancho del país. Queríamos ser diversos desde ese lugar. Vimos actrices y actores de Córdoba, de Jujuy, de todos lados. Pero, además, por ejemplo Renato que hace de Mario, vino especialmente de Bolivia.
Pero no solo esto fue difícil. También fue difícil encontrar los actores para los demás miembros de la guardia urbana. A muchos actores no les interesaba o no entendían el humor. Y, para mí, lo que tiene de lindo la serie es que es muy coral, es decir, más allá de que hay un protagonista que es Santi Korovosky y otros personajes que tienen un poco más de protagonismo, es todo mucho más compartido, hay algo muy armónico. Los personajes funcionan en conjunto. Desde los libros estaba así y en el resultado final sigue funcionando. Querés ver un poco a todos.

¿Y para tu personaje tuviste alguna inspiración particular?
Santi lo escribió pensando en algunos actores, entre ellos, Alan Sabbagh, Paula Grinzpan y yo. En el mundo de la juguetería fue así. No sé si hubo una inspiración puntualmente. Sí quizás Santi me pedía algunas cosas que ya conocía de mí, pero lo que me divertía mucho es que el que el personaje fuera algo así como inimputable. El personaje de Alan también es un poco así. Lo mismo que pasaba con los policías, el personaje de Martín Garabal o el de Pilar Gamboa. Entonces, era decir: “Che, está bueno ver este tipo de humanidad”. O sea, no te imaginás a Alan Sabbagh malo. Es como encontrarle la humanidad a esos personajes que son tan distintos a nosotros. Al final todos son malos y tienen la sangre fría, a pesar de que parecen divertidos. Entonces, me parece que ahí también está el mérito, hacer malos que no son solo malos. Que te los imaginás discutiendo con su padre o su madre… tienen una humanidad más cercana.
Ya que asumiste el desafío de tomar el rol de director de casting y actor. ¿Te imaginabas el éxito que desató División Palermo? ¿Estás conforme con el resultado si pensás en los inicios del proyecto?
La verdad es que nunca me pasó de no poder salir a la calle. O sea, en todas las cuadras me dicen: “Qué buena serie, cómo nos hicieron reír”. Esto me pasó por primera vez tan masivamente. Este es el humor que me divierte y que a la gente también le guste de verdad me conmueve. Digamos que esto se considera humor de nicho y en realidad, evidentemente es un humor mucho más popular de lo que se piensa. Pasa algo que es mucho más global y popular de lo que pensábamos que iba a ser. Este tipo de humor que hace Santi, Piroyansky o yo, se viene haciendo hace años en otras plataformas más pequeñas como UNTREF, digamos que no es nuevo. Pero lo nuevo es que ahora llega a más gente y es el mismo humor.

¿Creés que esta serie puede ser una puerta para ver más diversidades en la pantalla argentina?
Yo espero que sí. Mirá, lo lindo que tiene esta serie es que más allá de que un chico con enanismo hace de enano, no es un tema y se naturaliza. Al principio, en el casting había un tema con cómo llamarlo. Entonces, yo creo que no hay capacitaciones que puedan hablar de esto, independientemente de la discapacidad que tengas. También creo que los medios de comunicación actuales ya no son el reflejo de la sociedad. Se quedaron en la antigüedad. Y digo lamentablemente. Porque podrían incluir mucho más y no desde un lugar solemne, sino desde un lugar divertido. Hoy en día, en la televisión tampoco ves diversidad de acentos. Entonces, se agradece mucho cuando la inclusión existe de verdad. Creo que es un proceso. Pero, bueno, más allá de Korovsky, te lo digo desde mi lugar y desde el casting, la idea es incluir cada vez más.
¿Qué nos podés contar sobre tu nueva película Los Domingos Mueren más Personas?
Arrancamos a grabar el 24 de abril. Estoy muy feliz con la película. Es una producción de Campo Cine con Patagonik, Ibermedia y el INCAA. Es sobre un chico que vuelve a su ciudad natal luego de unos años de estar de viaje porque su padre está en estado vegetativo y la madre lo quiere desenchufar. Es una comedia dramática. Espero que se estrene ya el año que viene. En el elenco están Rita Cortese, la actriz chilena Antonia Zegers y Juliana Gattas. En el caso de Juliana, la verdad es que nunca había escuchado a Miranda!, pero desde que la conozco siempre me interesé en trabajar con ella. Decía: “Esta piba me hace reír mucho, pegaría muy buena onda”. Y sí, nos hicimos amigos. Juliana es realmente una genia, es muy inteligente, muy buena actriz. La elegí también porque me gusta innovar en mi rol de director de casting. Además, tenemos algo parecido. Ella hace de mi hermana, Rita de mi mamá y Antonia es mi tía. Así que muy feliz. Esperamos estrenar a principios del año viene en cine y luego en plataformas.
Cómo hacer humor inclusivo en Argentina
La televisión y la publicidad siempre han sido generadoras de estereotipos. A través de su masividad han construido modelos “a seguir” y prejuicios sobre minorías que no responden a esos esquemas. El colectivo LGBTIQ, las mujeres, personas con algún tipo de discapacidad o que no tienen los recursos que les permiten ser parte de una sociedad que consume frívolamente sin importar el precio o el valor de las cosas, han sido los más afectados.
En este contexto, la incorporación de alguien de estos grupos a una ficción, serie o película, por ejemplo, se hacía limitando al personaje a sufrir alguna burla sobre sus gustos, aspecto físico o capacidades. De esta manera, esas palabras que surgían a partir del guión de una pieza audiovisual se fueron transformando en parte de los pensamientos de los espectadores, pensamientos que quedaron impregnados en las mentes de generaciones y generaciones.

Solo la puesta en discusión de estos temas por parte de los mismos espectadores o generadores de contenidos lleva a patear el tablero, es decir, la interpelación de los consumidores acerca de lo que se está consumiendo. ¿Debería estar riéndome cuando un hombre en pantalla “manda a lavar los platos” a una mujer? ¿Debería reírme cuando se insulta a un hombre gay o a una mujer trans? ¿Debería reírme cuando se burlan del aspecto de una persona con sobrepeso? Por muchos años, múltiples géneros de ficción, en especial la comedia, han permitido que los espectadores se rían de estas situaciones sin cuestionarse el por qué. Simplemente había que reírse de personas que no formaban parte de la norma.
Sin embargo, la democratización de voces que permite el streaming ha cambiado el paradigma en el mundo audiovisual. Nuevos generadores de contenidos se animan cada vez más a rebelarse contra estos preceptos y esos esquemas se van cayendo poco a poco. El caso de “División Palermo” podría ser uno de ellos.

Pero ¿cuál es el motivo de su éxito? Por supuesto, el humor irreverente plasmado en los guiones que escribió Korovsky es uno de los motivos centrales. Es que el propio actor y director encarna a Felipe, un joven de más de 30 años con muy poca iniciativa y entusiasmo que decide inscribirse para ser miembro de una nueva guardia urbana de la Ciudad, que para limpiar su imagen crea un grupo de fuerzas de seguridad inclusivas. De esta manera, Felipe y sus compañeros se sumergen en una extraña “misión” en la que tienen que enfrentarse contra unos narcos para nada ordinarios.

División Palermo agrega un condimento que le permitió ser tendencia por tantas semanas: la incorporación de diversidades a la pantalla. La serie cuenta con Edgardo (Facundo Bogarín), un joven no vidente; Vivianne, una mujer trans (Valeria Licciardi); Sofía (Pilar Gamboa), una joven en silla de ruedas; Mario (Renato Condori), inmigrante de Bolivia, y Johnny (Hernán Cuevas), un joven con enanismo. Todos son miembros de esta guardia de seguridad inclusiva y, más allá de las humoradas que supone el conflicto central de la serie, estas diversidades permiten ver nuevos rostros en pantalla, rostros a los que también hay que darle voz y que aportan una inclusión real a la ficción.