Dicen que la maternidad y la paternidad son experiencias únicas. Y es cierto. Luego de iniciar un camino de vida juntos, una pareja recibe la noticia de que van a ser padres por primera vez. Entre confusión y felicidad deciden comenzar una etapa que -sospechan- los cambiará para siempre. Los meses pasan. Se preparan para la llegada del nuevo miembro de la familia. Regalos, reuniones y compras de todo tipo. El tiempo corre hasta que finalmente llega el día del nacimiento. Esa pequeña persona conoce a sus padres y ellos finalmente a su hijo o hija.
Exaltación y llanto. Un cóctel de sentimientos difíciles de describir porque ahora sí, esa pareja que tal vez se conoció hacía unos años, desde ese momento, ya son la mamá y el papá de alguien más. Después de ese momento, listos para volver a casa y empezar definitivamente una nueva vida, abren la puerta y el silencio los invade hasta que surge en sus mentes una serie de preguntas. ¿Y ahora qué?. ¿Qué hacemos si el bebe llora?, ¿Cómo sabemos si tiene hambre?, ¿Cómo hacemos para que duerma? La lista es infinita. Lo cierto es que estos interrogantes son totalmente esperables.
Por qué acompañarse es clave
El camino de la maternidad y la paternidad primeriza no tiene una dirección fija. Sumergirse en este viaje encontrará a la persona con nuevos desafíos, alegrías, tristezas y seguramente algunas equivocaciones. Lo más importante aquí es que la pareja pueda acompañarse.
En este sentido, es muy importante revisar con urgencia la licencia por paternidad dispuesta en la Argentina, que es una de las más atrasadas en el mundo. En la actualidad, los papás cuentan solamente con dos días de licencia, mientras que las mujeres poseen 90 días (embarazo, parto y puerperio), un número que también está por debajo de lo que recomienda la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El pasado 16 de mayo comenzó a debatirse en la Cámara de Diputados un proyecto que crea un Sistema Integral de Políticas de Cuidados y aumenta dichas licencias. Por maternidad (persona gestante) se ampliaría a 120 días y por paternidad (persona no gestante) a 90 días de forma gradual.
Esta es una etapa en la que se presentarán diversos obstáculos, que incluso podrán resultar incómodos para la pareja. Pero, además del acompañamiento, es esencial entender que todo se trata de un aprendizaje continuo y necesario. Y, si bien no hay un manual específico sobre cómo se debe actuar, sí se pueden incorporar hábitos y recomendaciones de parte de profesionales de la psicología y primeras infancias.
En Mundo Seguro, hablamos en exclusiva con Deborah Bellota, psicóloga, especialista en maternidad y crianza y cofundadora de “Espacio Integral Psy” y con Galia Ailen Attiz, psicóloga con experiencia en Centros de Atención Temprana del Desarrollo Infantil (CATDI), acerca de cómo navegar entre la incertidumbre, el miedo y la alegría al ser padres por primera vez. ¿Qué consejos pueden añadir a su rutina para generar una conexión inmediata con el bebé?
¿Cómo comienza la rutina para el padre y la madre primerizos luego de dar a luz? ¿Qué pasos se pueden seguir para no entrar en pánico?
Galia Attiz: Es primordial la ayuda mutua para no entrar en pánico. Hay que apoyar sobre todo a la mujer, que después de parir, en general, está en crisis. Vulnerable, duelando su anterior cuerpo y a su vez amigándose con el nuevo. Por otra parte, el bebé llora y no sabés por qué. Vas aprendiendo del bebé y él de vos.
Deborah Bellota: Lo primero es conectar con las emociones. Ante todo, resulta clave darnos el lugar a conectar con lo que sentimos como padres, porque tener a nuestro bebé en brazos por primera vez es una experiencia que nos regala una felicidad y un aprendizaje de amor incondicional que muy pocas experiencias en la vida te ofrecen. La sensación de temor y dudas desconcierta, además de la angustia que en oportunidades puede generar tal responsabilidad. Lo segundo es buscar sostén. Las experiencias nuevas son muchas en el día a día, por eso, rodearse de una tribu de mamás y papás que te sostengan, para surfear esos desafíos, es clave.
Informarse pero no sobre-informarse también es fundamental. Tener profesionales de cabecera como pediatras son las áreas donde necesitaremos consultar para hallar las respuestas a tantas dudas en esta nueva etapa. El cuarto paso tiene que ver con aprender a regular las expectativas. El nivel de frustración será tan alto como el nivel de ilusión o expectativa que tengamos sobre la experiencia. Tener las expectativas muy altas o intentar controlar todo, puede hacer que no conectemos con el disfrute.
Un quinto paso puede ser el de recordar siempre estas 5 necesidades básicas. Nunca debemos olvidarnos que nuestros hijos necesitarán una buena lactancia o leche de fórmula, dormir sus siestas, higiene, amor y juego. En los primeros 40 días, resulta importante protegerlo de los estímulos externos, ya que, en esos días, su lábil organismo intentará reposar para recuperarse psíquicamente de la experiencia de parto y adecuarse al nuevo medio que lo rodea. Es momento de anidar. Calma. Y como sexto paso, aceptar lo difícil de la lactancia (sobre todo al comienzo). Debemos tomarlo con calma y seguridad; si se complica, es importante buscar ayuda ya que es posible salvar cualquier lactancia. Dar la teta no debería doler.
El séptimo paso tiene que ver con aprender sobre el sueño infantil. Se trata de un proceso completamente distinto al de un adulto, tarda en evolucionar y luego en madurar. Es normal que este sufra crisis y regresiones el primer año de vida. Y el último paso se trata de APRENDER A transitar las crisis. El primer año es un período de constantes crisis para el bebé y la familia; saber que todas son pasajeras es aliviador, se trata de acompañar al bebé a transitarlas con amor.
¿Cómo entender o conectar rápidamente con lo que el bebé desea?
G.A.: Prestando atención a los tipos de llantos y a las caras que va poniendo. Los movimientos que realiza. Hay que estar siempre atentos.
D.B.: Las madres conectamos con nuestros hijos desde un estado muy especial. Es una condición psicológica que gradualmente se va desarrollando hasta convertirse en un estado de sensibilidad exaltada, que permite adaptarnos y conectar con las necesidades de nuestros hijos. Es un proceso psicológico. No hay manual ni pasos a seguir para conectar con la sensibilidad de nuestros pequeños recién nacidos.
¿Es recomendable dividirse las tareas con la pareja? ¿Cómo pueden hacerlo?
G.A.: Es súper recomendable. Así, cada uno tiene sus espacios y tiempos de esparcimiento. Uno necesita conectar con sus cosas también y es necesario, aunque sea poco tiempo. Ambos padres deben poder desenvolverse con el bebé y entender qué quiere el niño por igual.
D.B.: Sin dudas que sí. Al comienzo, las primeras semanas, sucede un estado psicológico de fusión en la diada, que es importante respetar. El padre cumple, en ese espacio, un rol de ayudador, pero por poco tiempo, ya que con el correr de las semanas puede comenzar a ocupar un rol activo en los cuidados de ese niño. Es necesario y saludable que la figura paterna esté presente en la satisfacción de las necesidades básicas del bebé; me refiero a las rutinas de cuidado diarias. Además, la repartición de las tareas y, sobre todo, la carga mental, representa un gran alivio y apoyo emocional para la mujer que recientemente es madre.
Como mujeres nos encontramos en un estado de mucha responsabilidad, ponemos el cuerpo por completo y la división de las responsabilidades puede generar un contenedor clima emocional para el vínculo de pareja y para ese niño que recién llega a este mundo. Básicamente, esto implica repartirse absolutamente todas las nuevas tareas que implican cuidar a un recién nacido, llegar a acuerdos, tomar nota de las tareas que cada uno va a ocupar y cumplir lo pactado. Los acuerdos pueden revisarse y cambiarse a través de charlas cuando cada uno lo desee. En esta etapa, son claves para afrontar los cambios que este proceso genera.
¿Qué actividades lúdicas y divertidas se pueden hacer para empezar a disfrutar en familia?
G.A.: Salir de paseo podría ser una opción muy buena. No hay que exponerlos a las pantallas desde tan temprana edad, sino favorecer que el niño explore y observe el medio que lo rodea, despertando curiosidad en él. Guiar sus juegos por momentos, pero también dejar que él vaya probando. También cantar canciones y bailarlas es una buena opción.
D.B.: Una primera actividad sí podría ser salir a pasear, conectar con el aire y la naturaleza, que son espacios de disfrute claves para la familia. Tomar aire en esta etapa es sanador. Por otro lado, la mirada como una propuesta lúdica es importantísima porque un bebé se encuentra en la mirada de su madre, esta es un elemento esencial en el juego ya que es el primer espejo en donde el niño empieza a diferenciarse.
Asimismo, destacar la importancia de la voz suave y tenue. El bebé recién nacido reconoce la voz de su madre y de las personas que lo cuidan. También jugar con objetos coloridos y con texturas novedosas resulta estimulante. Hacer muecas, jugar con los sentidos como el tacto, los olores, las distintas temperaturas, son actividades de estimulación temprana.
Resulta clave respetar que en oportunidades no deseamos socializar y recibir visitas. Puede, en esta etapa, resultar más divertido y enriquecedor que solo la familia nuclear organice sus planes, en vez de participar en reuniones con personas menos allegadas. Son momentos donde la dinámica familiar se reestructura y respetar los deseos de cómo divertirse es importantísimo.
Tres frases para darle la bienvenida a este nuevo rol de vida.
G.A.: Es una de las cosas más lindas de la vida. No se parece a nada. Nueva experiencia, agotadora por momentos pero al final es maravillosa. Acompañarse es la clave.
D.B.: Los equilibrios son inestables. Lo que hoy te sirve, es posible que mañana no, pero quizás, en unos meses, sí. También esto pasará. Porque nuestros hijos están en constante crecimiento, todo irá cambiando y eso que a veces resulta difícil de atravesar, sucederá. Cuando en poco tiempo pierdas la paciencia, recordá siempre priorizar el vínculo con tu hijo. Porque lo que hay entre tu hijo y vos siempre será mucho más importante que una leche de fórmula, que mil despertares nocturnos, que veinte berrinches en el día y que cualquier regresión de sueño.
El Plan Materno Infantil de Prevención Salud
La prepaga de SANCOR SEGUROS cuenta con beneficios para esta etapa de la vida, para acompañar a madres y padres. Algunos son:
• 100% de cobertura en la atención integral del embarazo, parto y del recién nacido. Abarca el embarazo y el parto a partir del momento del diagnóstico y hasta el primer mes luego del nacimiento para la madre, y para el recién nacido hasta cumplir el primer año de vida.
• 100% de cobertura en medicamentos para aquellos inherentes al estado de embarazo, parto y puerperio y del 40% -50% en plan A5 y 60% en plan A6- para los medicamentos ambulatorios no relacionados con el embarazo y parto.
• 100% de cobertura en prestaciones médicas y medicamentos para el niño hasta el año de vida.