Durante siglos, el sexo fue uno de los grandes tabúes de la sociedad. Con los años, ese fenómeno –como tantos otros– fue evolucionando a tal punto que, en la actualidad, se implementa en las escuelas un programa de Educación Sexual Integral. Sin embargo, todavía hay cuestiones que siguen invisibilizadas alrededor de la temática, como el sexo en la tercera edad y en la adultez tardía. ¿Por qué nos cuesta tanto hablar de la intimidad en esta etapa de la vida? ¿Cuáles son los mitos y creencias a derribar para poder vivirla en plenitud?
“Hay varias razones que explican por qué el erotismo, en tanto ejercicio consciente del placer sexual, ha sido silenciado en la adultez mayor. Por un lado, la sexualidad humana ha estado vinculada históricamente a la reproducción. De tal manera que, en períodos donde ya no hay fertilidad –en el caso de la mujer– o donde disminuye progresivamente –para los varones–, suele desestimarse la capacidad para experimentar sentimientos sexuales, negando el derecho al placer. Por otro lado, lo erótico está ligada a la belleza, y, culturalmente, las pautas sociales de belleza se asocian a la juventud”, comenta Silvana Savoini, psicóloga, sexóloga y coordinadora de la diplomatura de Estudios Avanzados en Sexología y Neurociencias del Centro de Estudios Interdisciplinario de la Universidad Nacional de Rosario.

Miedos y cambios en esta etapa de la vida
El sexo en la tercera edad es un reservorio de miedos, prejuicios y límites sobre lo que tiene –o debe– suceder en el contacto con otras personas. Como si peinar canas fuera exclusivamente un sinónimo de abuelazgo, de desconectarse del cuerpo o de despojarse de la sensación de deseo. Esto plantea la película “Buena Suerte, Leo Grande”, donde la actriz Emma Thompson interpreta a una docente jubilada que, al enviudar, decide contratar a un joven para redescubrirse sexualmente y experimentar lo que nunca tuvo en los 30 años que duró su matrimonio con el único hombre de su vida: un orgasmo.
“Para disfrutar la sexualidad en la tercera edad es importante conocer los cambios que son propios en la respuesta sexual, para no tener expectativas inadecuadas que nos hagan patologizar lo que ocurre, que seguramente será diferente a otros momentos de la vida. También es vital respetar el propio ritmo tanto en relación al deseo como al tipo de prácticas que se llevan a cabo, ya que exigirse un nivel de deseo o un desempeño determinado, nos aleja del disfrute y genera frustración”, aconseja Savoini.
¿Mito o realidad? 7 creencias para confirmar o derribar sobre el sexo en la tercera edad
1° Las personas mayores son asexuadas: FALSO El deseo sexual, tanto como la capacidad de experimentar placer, está presente a lo largo de toda la vida. Por lo tanto, conocer y respetar la sexualidad en la vejez, con todas sus diversidades, es fundamental para contribuir a la calidad de vida de los adultos mayores.
2° La menopausia es el fin de la sexualidad: FALSO Las consecuencias de la disminución en la producción de estrógeno pueden ser compensadas mediante un tratamiento adecuado. No hay evidencia científica que indique que la menopausia altera la capacidad de sentir placer y llegar al orgasmo.
3° La vejez es sinónimo de disfunción eréctil: FALSO La erección es el signo visible de la excitación sexual en las personas con pene, la cual sufre modificaciones en el tiempo requiriendo más dedicación y estimulación física. Pero eso no significa que no pueda seguir desarrollándose hasta edades avanzadas.
4° La lubricación disminuye con la edad: VERDADERO Sin embargo, esta señal de envejecimiento vagino-vulvar, se puede prevenir o buscar alternativas consultando al ginecólogo, quien puede recomendar lubricantes.
5° El coito es una condición indispensable para tener relaciones sexuales: FALSO El coito no tiene por qué ser el centro de toda actividad sexual. Hay que vivir la sexualidad como una aventura sensorial y emocional. Tocar y ser tocado, abrazar y ser abrazado.
6° La actividad sexual podría dañar la salud de personas mayores frágiles: FALSO Por el contrario, la sexualidad fortalece la salud física y mental, como beneficios como regular el insomnio y la depresión, favorecer la activación del sistema inmune, aumentar la autoestima y mejorar las relaciones interpersonales.
7° Los varones tienen mayor necesidad sexual que las mujeres: FALSO Es un tema personal, no de género.
“El erotismo implica un universo infinito de posibilidades. Hay que permitirse expresar los deseos y sentimientos sin miedos ni prejuicios. Aceptar los cambios en la imagen y en el funcionamiento corporal, sin renegar del paso del tiempo, percibiendo la belleza que existe en todos los cuerpos, y potenciando el deleite desde el autoconocimiento que nos da la experiencia”, concluye Savoini.