“No tengo tiempo”, suele ser una de las frases más escuchadas en la actualidad. La sobrecarga laboral, los problemas económicos o nuestra vida personal, sirven para argumentar esa respuesta cada vez que recibimos una propuesta que no se ajusta a nuestras prioridades. Pero, ¿realmente no tenemos tiempo o no nos animamos? La meditación es una práctica milenaria que hoy recobró vigencia. Para muchos se trata de una manera simple y rápida de hacer una pausa. De tomar aire y mirar alrededor. Entonces, si el objetivo es nuestro bienestar, la meditación puede ser el camino. Solo hay que dar el primer paso.
En sus orígenes, el propósito de la meditación era el de profundizar la comprensión de lo sagrado y las fuerzas místicas en el universo. Hoy, la práctica es considerada como una opción para alcanzar el relajamiento físico y mental. En cualquier lugar de nuestro hogar y durante períodos de entre 15 y 30 minutos, podemos concentrar nuestra atención y eliminar el flujo de malos pensamientos que nos invitan al cansancio y al estrés. ¿De qué manera podemos empezar?
Tips para empezar a meditar
Formas de meditar hay muchas y de las más variadas. Para adentrarnos en la práctica podemos ir a algún centro y recibir clases por un instructor especializado, buscar información en internet o descargarnos alguna App en el celular. Pero como el objetivo es no complicarnos antes de tiempo, es mejor empezar con lo que tenemos a mano. Si lo que buscás -y necesitás- es empezar a meditar por tu cuenta, anotate estas recomendaciones:
- • Respirar profundamente: prestá atención a lo que sentís y escuchás cuando inhalás y exhalás por la nariz. Hacelo despacio. Si te distraés con algún pensamiento, volvé a iniciar el ciclo.
- • Observar tu cuerpo: recorré con tu mente cada parte del cuerpo. Tus piernas, tus brazos, la espalda. Si sentís algún dolor o tensión, enfocate en esas partes y combiná el ciclo de la respiración con el de la observación.
- • Concentrar la atención: esto te permite liberar tu mente de las preocupaciones cotidianas. Podés concentrarte en tu respiración, en alguna parte de tu cuerpo o en algún objeto específico.
- • Desconectate: si vas a dar tus primeros pasos en la meditación, apagá tu celular y buscá un lugar cómodo, alejado de los ruidos del ambiente.
- • Leer, escuchar y reflexionar: leer libros sobre autoconocimiento, técnicas de respiración y elongación te pueden motivar a seguir meditando. También podés escuchar un podcast -te recomendamos Meditapodcast y Meditaciones guiadas– o escribir en un diario tus sentimientos.
- • Salir a caminar: cuando salgas de tu trabajo, saques a pasear a tu mascota o simplemente por placer, concentrate en la velocidad y en el ritmo, no en un destino específico. Mirá el movimiento de tus pies, de tus piernas. El desafío es hacerlo en un bosque silencioso o en medio de un centro comercial.
- • Actitud abierta: no juzgues. Que tus pensamientos fluyan y sigan su camino.
Mi ritmo, mi meditación
El camino a la meditación puede ser formal o informal. Esto lo determinará un conjunto de componentes entre los que se encuentran nuestro deseo, nuestro ritmo de vida y las situaciones personales. Hay personas que meditan con horarios fijos, ya sea al iniciar el día o antes de dormir. Y también están los que optan por hacer una pausa cuando sus cuerpos le dan ese aviso. En ambos casos, es una práctica al alcance de la mano que nos puede ayudar a obtener el bienestar que buscamos. Solo depende de nosotros.