El dolor y las molestias en el cuello, hombros y extremidades superiores son algunos de los síntomas más comunes asociados al trabajo. Le sucede tanto al que realiza tareas manuales o de esfuerzo, como al que tiene un trabajo sedentario de oficina y los síntomas a menudo persisten por mucho tiempo.
A veces los síntomas se dan porque la tarea requiere mantenerse en una misma postura durante un período prolongado. Por ejemplo: los trastornos cervicales son más frecuentes en ciertos grupos profesionales. Estudios médicos realizados sobre esta problemática encontraron que el riesgo de problemas cervicales es muy alto en trabajos que requieren el uso de computadoras, máquinas de coser y montajes electrónicos, entre otros.
Estas investigaciones también demostraron que la incomodidad postural se manifiesta más rápidamente en el trabajo estático que en el dinámico. El trabajo muscular se denomina estático cuando la contracción de los músculos es continua y se mantiene durante un cierto período de tiempo (estar siempre parado, estar sentado delante de una pantalla). El trabajo dinámico, por el contrario, produce una sucesión periódica de tensiones y relajamientos de los músculos activos, todas ellas de corta duración (caminar, subir una escalera, levantar un peso de una mesa).
El malestar comienza a sentirse a medida que la postura se aparta de una buena condición y el tiempo estático postural es mayor o no se hacen pausas. Es así como, al finalizar la jornada laboral, aparecen las molestias por fatiga muscular en las piernas, la región del cuello y hombros.
Según los especialistas, existen tres variables básicas para disminuir los efectos de la mencionada fatiga muscular asociada al trabajo y que puede aplicar una persona desde el momento en el que toma conciencia de la importancia de estos factores para su salud.
– Mejorar la postura,
-disminuir la fuerza y realizar los descansos adecuados.
Beneficios de las pausas activas
Desde el punto de vista organizacional, existen otras medidas que contribuyen a mejorar estas condiciones, entre las que se encuentran las denominadas “Pausas Activas”, que consisten en ejercicios simples que permiten que las estructuras músculo-tendinosas cambien de postura, se relajen, mejoren su circulación sanguínea y se oxigenen.
Estas pueden ser programadas y desarrolladas en un determinado momento del trabajo. Está demostrado que, luego de un tiempo de realizarlas con regularidad, permiten llegar con menor cansancio al final de la jornada laboral.
Otra ventaja de la pausa activa, dada la baja complejidad de sus ejercicios, es que el trabajador puede realizar la rutina en su domicilio, cuando está llevando adelante la modalidad home office, logrando así una continuidad en la prevención de malestares asociados a la tensión muscular y mejorar su experiencia laboral en casa.
Hacer una pausa dentro de la oficina o en el home office resulta altamente beneficioso tanto para el trabajador como para la empresa. Mejora el rendimiento y eficiencia, al mismo tiempo que actúa positivamente sobre las emociones y el estado de ánimo, favoreciendo las relaciones interpersonales.
Además, el tiempo no es una excusa: hacer estos intervalos de descanso durante cada jornada puede tomarle al trabajador entre 5 y 10 minutos y optimiza la dinámica laboral.
Está claro que la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores son fundamentales para el día a día de una empresa. En ese sentido, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) determinan que las pausas activas son un hábito saludable a incorporar en las organizaciones.
Dentro de los beneficios que destacan los profesionales de la salud respecto de estos descansos activos están:
- Reducción del estrés laboral.
- Favorece el cambio de posturas y rutinas.
- Libera la tensión articular y muscular.
- Estimula la circulación.
- Mejora la postura, la autoestima y la capacidad de concentración.
- Motiva y mejora las relaciones interpersonales.
- Mejora el desempeño laboral.
De 5 a 10 minutos
Compartimos algunos ejercicios puntuales para aquellas personas que pasan varias horas en la computadora, algo que ocurrió mucho en estos meses de pandemia.
Pararse, elongar y movilizar todas las extremidades, en especial la columna vertebral, la zona cervical, lumbar y dorsal.
Hacer ejercicios de extensión y flexión en las muñecas y los dedos
Rotar cuello y hombros.
De acuerdo a lo que advierten especialistas, las molestias que se evitan de esta manera son las clásicas como dolor cervical, lumbar, en los tendones de las manos, ardor o cansancio en la vista, entre otros.
Asimismo, estos ejercicios de prevención son importantes siempre y cuando ese empleado tenga una buena ergonomía laboral: lo cual significa que la computadora esté al nivel de la vista, que la silla sea acorde a las horas que trabaja y a la tarea que realiza.
Así lo hacemos en Prevención ART
En la app “Estoy Seguro” de Prevención ART, que desarrollamos para clientes, incluimos un programa de ejercicios de pausas activas para oficinistas, obreros en cadena de producción y para conductores profesionales.
Las empresas usuarias pueden inscribir a sus empleados para que se les dé acceso a los ejercicios, que se renuevan periódicamente y tienen el objetivo de estimular todas las partes del cuerpo.

Como es una propuesta adaptada a celulares, el trabajador puede implementarla en cualquier lugar y momento del día según sus necesidades, sin requerir de elementos adicionales como colchonetas, pesas, elásticos, etc.
De esta manera, la app facilita la llegada de las empresas a las personas, en tiempos donde el trabajo remoto hace que las oficinas se encuentren distribuidas en distintas locaciones.
Así, en Prevención ART seguimos creando propuestas para adelantarnos a los riesgos y contribuir con la adaptación a las nuevas dinámicas de trabajo.