Si cada ciudad tiene su hijo pródigo, el de Sunchales es Vicente “Chente” Cipolatti, la leyenda del automovilismo argentino que el año pasado hubiera cumplido 100 años de vida.
Para celebrar el centenario de su nacimiento, un grupo de fierreros puso manos a la obra para restaurar el mítico Pian-Chevrolet número 11 con el que “Chente” hizo historia, y que había quedado muy deteriorado tras un incendio ocurrido en el cobertizo donde estaba exhibido. La iniciativa, bautizada Proyecto 11, no solo se trató de volver a encender el motor de una gloria de las pistas. Además, fue un profundo acto de amor a “Chente” y a todos los sunchalenses.
Un gringo de alpargatas
El 5 de febrero de 2020 el espacio donde se exponía el famoso auto de “Chente”, sus trajes y premios, quedó envuelto en un fuego impiadoso que apenas dejó a salvo la estructura del Pian-Chevrolet número 11. Una vez que cesaron las llamas, se encendió la pasión del emprendedor: el piloto de carreras Leonardo Collino y todo su equipo trabajaron para recuperarlo y dejarlo exactamente igual a como lucía en 1963.
La iniciativa, a la altura del héroe de Sunchales, se bautizó Proyecto 11 y fue llevada a formato de docuserie. Grabado en el taller-laboratorio Collino Motors, allí se muestra el paso a paso de la restauración de un vehículo que había sido construido en 1947, con motor delantero y chasis de largueros, y que corrió de igual a igual con monopostos de motor trasero.
“Subite, mañana corrés vos”, le había dicho Roberto Collino a “Chente”, allá por 1962. El Automóvil Midget Club Sunchales (AMCS) había adquirido el Pian-Chevrolet de Hugo Galaverna para disputar las tradicionales “500 Millas Argentinas” de Rafaela. “Chente” era el Jefe de Mecánicos de la escudería, pero el destino metió la cola y un accidente que sufrió Valerio Betta, piloto del equipo, le permitió subirse a su Fórmula Uno de una vez y para siempre.
Probablemente “Chente” lo haya soñado de niño, cuando limpiaba motores y aprendía el oficio de mecánico en una agencia de autos. Pero, a veces, la realidad supera a la imaginación. Pionero en la construcción de midgets e impulsor de la fundación del Automóvil Midget Club Sunchales , el 8 de septiembre de 1963 quedaría marcado en su hoja de ruta al conquistar la vigesimoquinta edición de la competencia más importante de Latinoamérica por aquellos años: las “500 Millas Argentinas”. Con el Pian-Chevrolet número 11, “Chente” marcó el récord absoluto de velocidad sobre circuitos de tierra. Promedió 172 km/h durante casi cinco horas de carrera, arrebatando esta distinción de las manos de José Froilán González.
De allí en más no detuvo su marcha. En 1966 se consagró en el campeonato de Fórmula Uno Mecánica Nacional, una categoría creada para monopostos (vehículos donde cabe una sola persona). “Ganó un gringo de alpargatas”, titularon los medios. También incursionó en un par de carreras del Turismo Carretera hasta que se retiró de las pistas en 1969, después de forjar grandes amistades con pilotos de la talla de Juan Manuel Fangio.
Nacimiento de un mito
Casado con Delicia y padre de dos hijos, no hay una sola persona en todo Sunchales que no destaque la humildad y sencillez de “Chente” Cipolatti. Todavía hoy se recuerda cuando, al día siguiente de haber alcanzado la gloria máxima en el autódromo de Rafaela, estaba a las siete de la mañana trabajando en la estación de servicio que atendía con su hermano Lorenzo.
Esos gestos, amén de sus proezas al volante, es lo que hicieron que sus coterráneos le rindieran un homenaje constante: fue declarado “Ciudadano Ilustre” por la Municipalidad de Sunchales, y un tramo de la Ruta Nacional 34 lleva su nombre y apellido. El 13 de junio de 2000, “Chente” dio su última vuelta por esta vida. Falleció el hombre, nació el mito.

El corcel de acero
Tras el retiro en 1969, el Pian-Chevrolet número 11 fue vendido. “Chente” recién pudo recuperarlo décadas después al encontrarlo en un rincón de la provincia del Chaco. Reconstruido por manos expertas, descansó en un cobertizo especialmente diseñado para ello hasta la desgracia del 2020.
El sábado 14 de mayo de 2022, luego de más de dos años de intenso trabajo, Collino, mecánicos, colaboradores, empresas proveedoras y dirigentes del AMCS y del Club Atlético de Rafaela, devolvieron a las pistas al corcel de acero de “Chente” Cipolatti. Impulsado por un motor Apache 235», con un trucaje similar al que contaba en antaño, el Pian-Chevrolet número 11 volvió a rugir en el “Óvalo de Rafaela”, el “Templo de la velocidad”. “Podría correr las ‘500 Millas’ hoy mismo”, coincidieron propios y extraños emocionados.
Trece días más tarde, el viernes 27 de mayo, el legendario vehículo se paseó por el centro de Sunchales para, finalmente, ser presentado en sociedad. Los artífices de Proyecto 11 invitaron a toda la comunidad a congregarse en la explanada de la Plaza Libertad, en la intersección de la avenida Hipólito Yrigoyen y Estanislao López, un lugar simbólico ya que a metros de allí se situaba la estación de servicio de Cipolatti y el taller donde se gestó la máquina.
Escoltado por un desfile de autos clásicos, el bólido siguió su camino hasta el lugar donde se encuentra exhibido. Según el público asistente, la carrocería brillaba como nueva y el coche sonaba muy armonioso, igualando el andar de hace más de sesenta años. “Sentí mucha paz”, había expresado Collino al culminar la primera tanda de ensayos. Seguramente, “Chente” también.
